Muy interesante el texto. La verdad que después de este tiempo leyéndote he empezado a entender que la tecnología no es la solución a todo, ni tampoco la respuesta a cualquier problema (ha sido difícil de entender esto para un informático como yo).
Me ha aclarado mucho tu frase "El problema de los edificios mecánicos no es que utilicen estrategias artificiales, sino que lo hagan como sustituto de las naturales, en lugar de como complemento"
Supongo que la clave está en eso: complementar con tecnología, pero aprovechar el entorno.
PD: Fascinante el "edificio que respira" de Medellín.
Eso es. No se trata de demonizar la tecnología o los sistemas mecánicos —han traído avances enormes y muchos beneficios—, pero conviene recordar que son un excelente siervo y un pésimo amo. Por eso, lo importante es que acompañen y refuercen las soluciones naturales, no que las sustituyan.
Gracias, Francisco, por trazar esta cartografía de la paradoja moderna: pretendimos salvarnos de la naturaleza y ahora morimos por asfixia simbólica, encerrados en cápsulas térmicamente eficientes pero existencialmente estériles. Me parece brillante su mensaje: nunca fuimos sostenibles, porque nunca quisimos ser humildes.
Nuestros edificios, nuestras casas, como la cultura que los inspira, han dejado de respirar con la tierra. Se han blindado frente al afuera. Pero no hay cura en la negación. Recuperar el vínculo con el entorno —con la luz que cambia, con el viento que irrumpe, con la sombra que protege— es también sanar una grieta más honda: la de un ser humano que ha olvidado que es parte del todo, y no el dueño del planeta. Me parece que tu propuesta, diseñar con el clima, es un gesto ético, una poética de la interdependencia. Gracias por abrir esta conversación con tanta claridad y sentido.
Muchas gracias por tu comentario, Chus. Como dices, es una de las muchas paradojas del mundo moderno: nos preocupamos por lo anecdótico y damos la espalda a lo esencial.
Me ha gustado que destaques nuestra interconexión con todos los seres vivos y con ese gran organismo vivo que es la Tierra. Me parece que esa interdependencia explica muchos de los desafíos actuales.
Gracias por compartir tus reflexiones, aportan mucho valor e inspiran a seguir escribiendo.
Excelente artículo Fran. Me encanta como explicas lo del edificio que mira hacia dentro. Yo personalmente no soporto los ambientes de esos edificios y trabajo en uno en el que las ventanas no se pueden abrir (no son más que entradas de luz). Para mi (que no sé nada de arquitectura), el paradigma de edificios con aire artificial que te enferma, son los grandes almacenes en los que normalmente no está bien gestionado el control de humedad y temperatura. Entras en invierno con el abrigo que traes de la calle y tienes calor, pero en verano, con tus tirantes o manga corta, te resfrías por el aire acondicionado. Las termitas saben hacerlo mejor para mantener las condiciones de la vivienda y, por lo que explicas, el edificio de Medellín parece inspirado en los termiteros. A ver qué nos cuentas después de visitarlo.
Es una pena, pero los edificios cuyas ventanas no pueden abrirse son cada vez más comunes. Confiamos demasiado en la ventilación mecánica, cuando en mi opinión esta debería complementar, no sustituir, a la ventilación natural.
Estoy de acuerdo en que los centros comerciales son un ejemplo claro de lo mal que gestionamos nuestra relación con el clima: no tiene sentido ni a nivel energético ni en términos de salud.
Me ha encantado la referencia a los termiteros. Me has dado una nueva idea sobre la que escribir algún día... ¡Gracias!
Estoy de acuerdo en que alinear los intereses comerciales con los de la salud es uno de los grandes retos actuales, en muchos ámbitos. El diseño y la arquitectura no son una excepción.
Estoy de acuerdo contigo... para ser sostenibles es esencial que cambiemos de manera de pensar, pero lamentablemente la solución tecnológica es lo único que nos proponen tanto los gobiernos como los organismos internacionales. Es realmente desalentador, pero ejemplos como el de Medellín (que no conocía) nos muestran que un futuro distinto es posible. A veces pienso que estas ideas van a surgir de lugares donde todavía hay una conexión más fuerte con la naturaleza, donde hay menos "desarrollo". ¿Tú que piensas?
Estoy de acuerdo, Jeanine. Creo que para afrontar las crisis medioambientales y sociales, necesitamos ir a la raíz: la crisis cultural. Si no cambiamos nuestra forma de interpretar el mundo, las soluciones serán solo parches. Muchas estrategias "sostenibles" son como un ibuprofeno: alivian los síntomas a corto plazo, pero no resuelven el problema de fondo. Por eso me parece importante poner en valor ejemplos de contextos diversos. Como dices, lugares menos industrializados pueden ser una gran fuente de inspiración.
Fantástica reflexión. A veces pienso que Frank Lloyd Wright hubiera pegado cuatro gritos a algunos proyectos “sostenibles” que solo funcionan con electricidad, con mucha electricidad.
Hay un edificio en Caracas que llamábamos “el cubo negro”, diseñado por una oficina en Texas, creo, que es un cubo de cristal, negro, cerrado al exterior. Consume la misma electricidad que una ciudad pequeña y si se va la luz, lo tienen que evacuar.
Guau, Guillermo. No conocía “el cubo negro” y al buscarlo me he quedado alucinado. Es un ejemplo perfecto de los problemas de una arquitectura que se aísla del exterior. Y parece sacado de una peli de ciencia ficción. Da para post propio... ¡Gracias!
Muy interesante el texto. La verdad que después de este tiempo leyéndote he empezado a entender que la tecnología no es la solución a todo, ni tampoco la respuesta a cualquier problema (ha sido difícil de entender esto para un informático como yo).
Me ha aclarado mucho tu frase "El problema de los edificios mecánicos no es que utilicen estrategias artificiales, sino que lo hagan como sustituto de las naturales, en lugar de como complemento"
Supongo que la clave está en eso: complementar con tecnología, pero aprovechar el entorno.
PD: Fascinante el "edificio que respira" de Medellín.
Eso es. No se trata de demonizar la tecnología o los sistemas mecánicos —han traído avances enormes y muchos beneficios—, pero conviene recordar que son un excelente siervo y un pésimo amo. Por eso, lo importante es que acompañen y refuercen las soluciones naturales, no que las sustituyan.
Muchas gracias por comentar.
Gracias, Francisco, por trazar esta cartografía de la paradoja moderna: pretendimos salvarnos de la naturaleza y ahora morimos por asfixia simbólica, encerrados en cápsulas térmicamente eficientes pero existencialmente estériles. Me parece brillante su mensaje: nunca fuimos sostenibles, porque nunca quisimos ser humildes.
Nuestros edificios, nuestras casas, como la cultura que los inspira, han dejado de respirar con la tierra. Se han blindado frente al afuera. Pero no hay cura en la negación. Recuperar el vínculo con el entorno —con la luz que cambia, con el viento que irrumpe, con la sombra que protege— es también sanar una grieta más honda: la de un ser humano que ha olvidado que es parte del todo, y no el dueño del planeta. Me parece que tu propuesta, diseñar con el clima, es un gesto ético, una poética de la interdependencia. Gracias por abrir esta conversación con tanta claridad y sentido.
Muchas gracias por tu comentario, Chus. Como dices, es una de las muchas paradojas del mundo moderno: nos preocupamos por lo anecdótico y damos la espalda a lo esencial.
Me ha gustado que destaques nuestra interconexión con todos los seres vivos y con ese gran organismo vivo que es la Tierra. Me parece que esa interdependencia explica muchos de los desafíos actuales.
Gracias por compartir tus reflexiones, aportan mucho valor e inspiran a seguir escribiendo.
Excelente artículo Fran. Me encanta como explicas lo del edificio que mira hacia dentro. Yo personalmente no soporto los ambientes de esos edificios y trabajo en uno en el que las ventanas no se pueden abrir (no son más que entradas de luz). Para mi (que no sé nada de arquitectura), el paradigma de edificios con aire artificial que te enferma, son los grandes almacenes en los que normalmente no está bien gestionado el control de humedad y temperatura. Entras en invierno con el abrigo que traes de la calle y tienes calor, pero en verano, con tus tirantes o manga corta, te resfrías por el aire acondicionado. Las termitas saben hacerlo mejor para mantener las condiciones de la vivienda y, por lo que explicas, el edificio de Medellín parece inspirado en los termiteros. A ver qué nos cuentas después de visitarlo.
Es una pena, pero los edificios cuyas ventanas no pueden abrirse son cada vez más comunes. Confiamos demasiado en la ventilación mecánica, cuando en mi opinión esta debería complementar, no sustituir, a la ventilación natural.
Estoy de acuerdo en que los centros comerciales son un ejemplo claro de lo mal que gestionamos nuestra relación con el clima: no tiene sentido ni a nivel energético ni en términos de salud.
Me ha encantado la referencia a los termiteros. Me has dado una nueva idea sobre la que escribir algún día... ¡Gracias!
Muy interesante, Fran. Dialogar con la naturaleza y aprender de ella, ese el reto. El principal obstáculo, a mí juicio, el lucro.
Estoy de acuerdo en que alinear los intereses comerciales con los de la salud es uno de los grandes retos actuales, en muchos ámbitos. El diseño y la arquitectura no son una excepción.
Estoy de acuerdo contigo... para ser sostenibles es esencial que cambiemos de manera de pensar, pero lamentablemente la solución tecnológica es lo único que nos proponen tanto los gobiernos como los organismos internacionales. Es realmente desalentador, pero ejemplos como el de Medellín (que no conocía) nos muestran que un futuro distinto es posible. A veces pienso que estas ideas van a surgir de lugares donde todavía hay una conexión más fuerte con la naturaleza, donde hay menos "desarrollo". ¿Tú que piensas?
Estoy de acuerdo, Jeanine. Creo que para afrontar las crisis medioambientales y sociales, necesitamos ir a la raíz: la crisis cultural. Si no cambiamos nuestra forma de interpretar el mundo, las soluciones serán solo parches. Muchas estrategias "sostenibles" son como un ibuprofeno: alivian los síntomas a corto plazo, pero no resuelven el problema de fondo. Por eso me parece importante poner en valor ejemplos de contextos diversos. Como dices, lugares menos industrializados pueden ser una gran fuente de inspiración.
Fantástica reflexión. A veces pienso que Frank Lloyd Wright hubiera pegado cuatro gritos a algunos proyectos “sostenibles” que solo funcionan con electricidad, con mucha electricidad.
Hay un edificio en Caracas que llamábamos “el cubo negro”, diseñado por una oficina en Texas, creo, que es un cubo de cristal, negro, cerrado al exterior. Consume la misma electricidad que una ciudad pequeña y si se va la luz, lo tienen que evacuar.
Guau, Guillermo. No conocía “el cubo negro” y al buscarlo me he quedado alucinado. Es un ejemplo perfecto de los problemas de una arquitectura que se aísla del exterior. Y parece sacado de una peli de ciencia ficción. Da para post propio... ¡Gracias!